Gens y comunidad gentilicia
Grupo consanguíneo proveniente de un pasado común, célula productiva fundamental de la sociedad primitiva. La gens llegaba a contar hasta varios cientos de miembros. Las gens se unían en fratrías y las fratrías en tribus. En el período de la aparición y del florecimiento del orden gentilicio, el papel de la mujer era preponderante (ver Matriarcado). Con la desagregación de la gens, el hombre predomina (ver Patriarcado). La organización de la gens y de las comunidades gentilicias reposaba en la propiedad colectiva de los medios de producción y en el trabajo en común. A la cabeza de la gens se encontraba un anciano, electo por ella. Todos los asuntos eran regulados por el consejo de la gens, vale decir, por la asamblea de todos los hombres y mujeres adultos. La ausencia de propiedad privada y de clases explica la ausencia de la opresión de clase en la comunidad gentilicia. Allí no había lugar para la opresión y la dominación. El desarrollo de la gens alcanza su punto culminante sobre la base del régimen de la comuna primitiva (ver). Con el progreso de la división social del trabajo, del intercambio y de la propiedad privada, comienza a declinar el régimen de la comuna primitiva y, en consecuencia, el de la gens. El nacimiento de un nuevo modo de producción fundado por la división de la sociedad en clases, pone fin al orden gentilicio.
1.- Zóon politikon (en griego, ζῷον: animal, y πoλίτικoν: social o político) es una expresión escrita por el filósofo estagirita Aristóteles en su libro 1 de Política. El significado literal de la misma es: “animal social” o más específicamente “animal político”, y hace referencia al ser humano, el cual a diferencia de los animales posee la capacidad natural de relacionarse políticamente, o sea crear sociedades y organizar la vida en ciudades-estado.
2.- Cuando Aristóteles definía al hombre como “zoon politikón”, hacía referencia a su dimensión social y política. El hombre y el animal por naturaleza son sociales, pero solo el hombre es político, siempre que viva en comunidad. Por tanto, la dimensión social ayuda a constituir la base de la educación y la dimensión política contribuye a la extensión de esa educación.
2.- Cuando Aristóteles definía al hombre como “zoon politikón”, hacía referencia a su dimensión social y política. El hombre y el animal por naturaleza son sociales, pero solo el hombre es político, siempre que viva en comunidad. Por tanto, la dimensión social ayuda a constituir la base de la educación y la dimensión política contribuye a la extensión de esa educación.
3.- Aristóteles se preocupó tanto por la naturaleza del ser humano como por sus relaciones sociopolíticas, creía que el individuo sólo se puede realizar plenamente en sociedad, que posee la necesidad de vivir con otras personas. También expresó que aquellos que son incapaces de vivir en sociedad o que no la necesitan por su propia naturaleza, es porque son bestias o dioses.
4.- Según esto es, pues, evidente, que la ciudad-estado es una cosa natural y que el hombre es por naturaleza un animal político o social; y la razón por la que el hombre es un “zóon politikón” en mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal gregario es evidente. La naturaleza, en efecto, según decimos, no hace nada sin un fin determinado; y el hombre es el único entre los animales que posee el don del lenguaje.
5.- La simple voz, es verdad, puede indicar pena y placer y, por tanto, la poseen también los demás animales -ya que su naturaleza se ha desarrollado hasta el punto de tener sensaciones de lo que es penoso o agradable y de poder significar esto los unos a los otros-; pero el lenguaje tiene el fin de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por consiguiente, también lo justo y lo injusto, ya que es particular propiedad del hombre, que lo distingue de los demás animales, el ser el único que tiene la percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto y de las demás cualidades morales, y es la comunidad y participación en estas cosas lo que hace una familia y una ciudad-estado.
6.- ¿Quién puede evitar hablar de política en la actualidad si estamos “ad portas” de un proceso eleccionario? De acuerdo con el viejo Aristóteles, el filósofo peripatético, todos somos “animales políticos”. Paradójicamente, en algunas instituciones tienen como “política” no hablar de política. Otros dicen “yo soy apolítico”, queriendo con esto “escabullirse” de la verdad apodíctica de ser un “zóon politikón”.
7.- A estas alturas del proceso electoral* ya se conocen a todos los candidatos que “terciaran” en el mismo. Al ver las mismas caras conocidas -que por enésima vez participan en las elecciones- se escuchan cometarios como: “otra vez las mismas momias recalentadas de siempre”. Y al notar la presencia de rostros nuevos, dicen, “y a estos pelagatos, ¿quién les conoce?”. Como suele decir mi padre: “no hay cabalidad”.
NOTA: En estas elecciones me encuentro en el grupo de los “pelagatos”, corriendo para Asambleísta.
8.- Termino con una frase de Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.
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